Yo también me he enganchado 

Siempre trato de esperar a la hora de usar una tecnología reciente. Pienso que todo surge un poco en ‘beta’ y es mejor usarlo un tiempo después cuando los usuarios han ido señalando los fallos y los propios fabricantes van tomando nota. Pero, en ocasiones, espero mucho más tiempo de lo normal, quizás también porque me cuesta adaptarme a los cambios. El caso es que con lo de comprar ropa por internet siempre fui muy reticente, hasta que un buen día lo empecé a probar y ahora tengo toda la casa llena de cajas de envios de cartón personalizadas.

Y es que las firmas de moda se han tomado muy en serio el comercio electrónico, basándose en varios aspectos principales: la web, el servicio de atención al cliente en remoto, las devoluciones y el propio servicio de entrega de paquetes. Por un lado, está la propia web que es fundamental a la hora de presentar el producto. Por otro lado, está el servicio de atención al cliente que debe ser lo suficientemente profesional para atender las dudas, casi como si el cliente estuviera en una tienda.

Y luego está el servicio de entrega y devolución en el que los paquetes cobran una importancia fundamental. Cada vez son más las firmas que tienen cajas de envíos de cartón personalizadas. No es lo mismo que un pedido te llegue en una simple bolsa de plástico, que una caja bien cuidada. Además, cada vez se apuesta más por los envases reciclables, intentando eliminar la mayor cantidad de plástico posible. 

Y es que las firmas de moda conocen mejor que nadie a sus clientes. No solo está el hecho de que nos gusten las prendas de determinada marca, sino que también queremos sentirnos especiales: por eso el mismo envase o caja es un elemento que marca la diferencia. Ahora que yo mismo estoy un poco ‘enganchado’ a esto de la compra de ropa por internet me doy cuenta de la diferencia de unas firmas a otras, de aquellas que envían el pedido de cualquier manera, y de aquellas otras que lo tratan con mucho mimo, hasta poniéndote una piruleta dentro del paquete: un detalle aparentemente irrelevante pero que demuestra la atención al detalle.